Figura humana femenina. Museo Canario. Las Palmas de Gran Canaria (fotografía: Esther González (2013).
Te llamé,
diosa, al lado del
río
y los peces
acudieron.
Decían
que no te habías ido.
Sube mis
colinas, escribías
en el agua; y yo me sonrojaba.
Grávida
está la madre yegua,
abiertos
los ojos de los potros nuevos.
En la
niebla vigilan los búhos el camino.
Lana y
huevos fueron mi tributo.
Agua que
empapas la tierra
y alivias
las afiladas hoces de las crestas.
Agua que
limpias los cuerpos
de los que se desnudan
con el frío de la poza.
Meandros,
aves acuáticas y colmenas
son
los ojos de la diosa.
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