viernes, 4 de noviembre de 2016

Wilfred Owen: "Si tú también pudieras, en tus sueños..."



Wilfred Owen murió al amanecer del 4 de noviembre de 1918.
Tenía 25 años.

Poeta desde muy joven, estudiante con esperanzas sin beca, ayudante de vicario decepcionado y hombre religioso desalentado; profesor de inglés explotado en Burdeos... La Primera Guerra Mundial significó "el punto de giro" de su vida.

Paradójicamente, las trincheras le otorgaron los contactos necesarios para dar a conocer su poesía, con un cambio de estilo, escenarios y temas muy marcados y propios en apenas unos meses.

Leyó sus poemas entre las paredes del Salón Dorado de Robbie Ross, el amigo incondicional de Oscar Wilde que recogió a su muerte cualquier vestigio de su producción literaria -incluidas falsificaciones-, para constituir un "trust" que entregó a los hijos de Wilde, Cyril y Vyvyan. 

Cyril también moriría en la guerra; como el propio Wilfred, considerado emblema poético de su generación, previa a las Vanguardias; uno de los tres mejores poetas de ella, junto a Charles Sorley y Isaac Rosenberg -que tampoco sobrevivieron- en palabras de Robert Graves.

Wilfred trataba de atravesar el Canal de Oise-Sambre, cerca de la frontera belga, cuando se cree que una ráfaga de ametralladora desde la orilla contraria le acribilló; faltaba una semana para el 11 de noviembre, fecha en la que se firmó el Armisticio con el que concluía la guerra.

Ese verano había terminado lo mejor de su producción poética; su "Dulce et decorum est", cuya parte final dice

Si tú también pudieras, en tus sueños,
caminar tras el carro adonde lo arrojamos
y ver cómo sus ojos se marchitan,
ver su rostro caído, como un demonio hastiado;
si pudieras oír con cada sacudida
cómo sale la sangre de su pulmón enfermo,
obscena como el cáncer, amarga como el vómito
de incurables heridas en lenguas inocentes,
amigo, no dirías entusiasta
a los muchachos sedientos de una ansiosa gloria
esa vieja mentira: Dulce et decorum est
pro patria mori.

(Traducción de Gabriel Insausti)


Como escribió en el Prefacio a la primera edición de sus poemas, que nunca vio, los poetas sólo pueden avisar.


Fotografía: Canal de Sambre-Oise, en Ors (Francia). The Wilfred Owen Association (http://www.wilfredowen.org.uk/).

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